El músico ha grabado y editado 'River, Tiger, Fire' con motivo de su 60 cumpleaños
Agustí Fernández es el improvisador español más relevante de su generación, un músico poliédrico que, década a década, ha forjado una carrera impecable a medio camino entre el jazz, la música contemporánea y la improvisación libre. Su talento ha sido requerido y compartido por gigantes del jazz de vanguardia como Evan Parker, Mats Gustafsson, Marilyn Crispell, Peter Kowald, William Parker o Ken Vandermark, y sus propios proyectos, constantes, variados e inagotables, constituyen un corpus creativo como no se ha visto en nuestro jazz.
'The Funamviolistas' es un singular montaje que combina teatro, música y danza
En el Matadero de Madrid hay un pequeño recodo donde la luz parisiense se proyecta cada noche en forma de espectáculo de variedades. No hay escenario. Un banco de parque y tres instrumentos de cuerda son los únicos elementos que adornan un montaje indefinible que abarca música, gags al mas puro estilo del cine mudo, humor elegante y una historia sencilla que embauca y atrapa desde que el telón se abre. The Funamviolistas homenajea al viejo género que emergió en el Théâtre des Funambules de París hace dos siglos. La andadura, conducida por Rafael Ruiz, lleva brincando por España desde 2014 y fue galardonada con el Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación ese año. Surge ahora una nueva oportunidad de verla, hasta el 10 de enero, en las Naves del Español.
La joven chelista y cantante brasileña pasea por el mundo su melancolía feliz
Se presenta como Dom La Nena y explica que el nombre se lo puso ella misma cuando vivía en Buenos Aires, donde era nena por aquí, nena por allá. La brasileña había viajado a Argentina con trece años para estudiar violonchelo guiada por Christine Walevska.
Dominique Pinto nació en Porto Alegre hace veintiséis años, aunque entre los ocho y los doce vivió con sus padres en París, de los trece a los dieciocho solita en Baires –sus padres iban y venían- y desde entonces tiene casa de nuevo en la capital francesa. Su primer disco, Ela, grabado artesanalmente junto a Piers Faccini, interesó a la discográfica Six Degrees y le valió elogios en The New York Times -la comparaban a las voces susurradas de Juana Molina, Hope Sandoval y Jane Birkin-. El segundo, Soyo (2015), con canciones melancólicamente felices cantadas en inglés, portugués, español y francés, se fue gestando en hoteles y aeropuertos con la complicidad de Marcelo Camelo. En O Globo contó que Ela daba la sensación de estar en un cuarto con cortinas, velas, alfombras, y que ahora quería abrir las ventanas y trabajar de manera más festiva. También tuvo tiempo para un proyecto con Rosemary Standley, cantante del grupo Moriarty, del que salió Birds on a wire, con un repertorio que iba de Monteverdi y Purcell a Leonard Cohen y Tom Waits, presentado en formato de voz y chelo.
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